Partió
sigiloso hacia la eternidad. Iba cargado de estrellas, con su sarape y su
cabello largo de antaño; su semblante, aunque nostálgico, dibujaba una sonrisa.
Petencito 2008. |
Su seudónimo
siempre estuvo en nuestras claves y fue ahí donde empecé a conocerlo y a
respetarlo. El riesgo al que se enfrentaban todos los compañeros y compañeras
en esa estructura era muy alto, pero era admirable la forma en que lograban
establecerse, montar pantallas, burlar retenes y cuidarse de la vigilancia
enemiga.
Nos
encontramos en más de un contacto para intercambiar mensajes. De ojos claros y
sonrisa amplia, nunca hubo un ápice de prepotencia en su actitud; estaba
revestido de humildad y calidad humana.
Coincidimos
en dos Plenos Ampliados, donde escuché y valoré la profundidad de sus palabras
y su amplitud de debate, pero principalmente su capacidad de buscar consensos y
encontrar soluciones. Durante sus
intervenciones casi siempre había que pedirle que hablara más fuerte. Era una característica en él, como un suave ronroneo
felino.
Desde muy joven se
organizó en la guerrilla y por extrañas cosas de la vida llegó a hacer sus prácticas docentes en la escuela primaria donde yo estudiaba. Años más tarde seríamos compañeros de lucha. Para entonces Edgar ya estaba organizado y, como buen revolucionario, intentó reclutar a
mi maestro, sin lograrlo.
Tiempo
después fue dirigente del Frente Nacional Magisterial; miembro del Comité de
Emergencia de los Trabajadores del Estado (CETE) y Secretario de Organización
del Comité Nacional de Unidad Sindical (CNUS) desde su creación en 1976-1980.
Estuvo a
cargo de las relaciones internacionales y de organización del I Encuentro
Nacional y Centroamericano de Maestros en Guatemala, a partir de lo cual se
formó la Federación de Organizaciones Magisteriales de Centro América (FOMCA),
organización que apoyó la creación de la Asociación Nacional de Educadores
Nicaragüenses (ANDEN).
En 1981 dio el paso a
la lucha clandestina, cuando fue imposible continuar en el movimiento de masas
por el nivel de represión y descabezamiento de la dirigencia; asumió uno de los
mandos del frente “Santos Salazar” junto a otro líder histórico: Silvio
Matricardil Salam. Cuando cayó Silvio y otros compañeros, tanto del frente sur
como de la región central, Edgar tuvo que salir del país. Otras luchas le esperaban.
Q.E.P.D. El Gato, sigo sin creer que ya no está físicamente entre nosotros =(
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